1. Cambios en la postura
Una pérdida de peso significativa puede alterar el centro de gravedad y la postura del cuerpo. A medida que el cuerpo se adapta a un peso más ligero, la postura puede cambiar, lo que genera tensión mecánica en la columna vertebral y los músculos circundantes.
Para poner esto en mayor contexto, imaginemos un grupo de 1.000 personas transportando un barco.
Ahora imaginemos que se quita una parte del barco y el peso total disminuye, pero para que eso suceda se coloca en una posición diferente. Como todos están acostumbrados a la posición anterior, puede que lleve algún tiempo adaptarse a algunos.
Y lo mismo ocurre con tu columna vertebral.
Este período de ajuste puede causar molestias y dolor de espalda mientras su cuerpo encuentra un nuevo equilibrio.
2. Pérdida de masa muscular
Una de las principales razones del dolor de espalda durante la pérdida de peso es la pérdida de masa muscular.
Cuando pierdes peso rápidamente, a veces no sólo pierdes grasa sino también músculo.
Los músculos de la espalda desempeñan un papel crucial en el apoyo de la columna vertebral y la postura general.
Una reducción en la masa muscular puede provocar que los músculos se debiliten, lo que dificulta que el cuerpo mantenga la alineación y el apoyo adecuados, lo que eventualmente provoca dolor de espalda.
3. Aumento de la actividad física
Con la pérdida de peso, suele aumentarse la actividad física. Si bien el ejercicio es beneficioso para la salud, el esfuerzo excesivo o la mala forma durante los entrenamientos pueden provocar dolor de espalda. Es fundamental asegurarse de realizar los ejercicios correctamente y no forzar el cuerpo más allá de sus límites.
4. Forma incorrecta durante los ejercicios
Cuando aumentas tu nivel de actividad física, especialmente con ejercicios con los que quizás no estés familiarizado, utilizar una forma incorrecta puede provocar una tensión importante en tu espalda.
Ejercicios como levantar pesas (especialmente movimientos compuestos como sentadillas o peso muerto), planchas o incluso correr pueden causar dolor de espalda si no se realizan correctamente. Es importante concentrarse en la técnica.
No tengas miedo de hacer un tutorial rápido antes del ejercicio o experimentar con un peso menor.
5. Deficiencias de nutrientes
La pérdida de peso, especialmente cuando se logra mediante dietas restrictivas, puede provocar deficiencias de nutrientes.
Los nutrientes esenciales como el calcio, el magnesio y la vitamina D son vitales para la salud de los huesos y el funcionamiento de los músculos. Una deficiencia de estos nutrientes puede debilitar los huesos y los músculos, lo que genera una tensión adicional en la espalda y provoca dolor.
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