1. Cardo mariano (silimarina)
El cardo mariano es un remedio herbal derivado de la planta de cardo mariano, también conocida como Silybum marianum.
Su principal ingrediente activo, la silimarina, consiste en un conjunto de flavonolignanos que actúan sinérgicamente para reforzar la salud del hígado.
Estudios clínicos han sugerido que la silimarina tiene propiedades hepatoprotectoras, lo que significa que ayuda a proteger células del hígado de toxinasTambién puede Estimular la regeneración de las células del hígado. Al alterar la membrana celular externa del hígado, impidiendo que las toxinas entren en las células. Sin embargo, este efecto tiene menos evidencia y puede requerir más estudios.
Además, se ha relacionado con la reducción de la inflamación y el estrés oxidativo en el hígado, lo que es crucial para personas con enfermedades hepáticas como cirrosis o hepatitis.
2. Ácidos grasos omega-3
Los ácidos grasos omega-3, que normalmente se encuentran en el aceite de pescado y ciertos aceites vegetales, son grasas esenciales que el cuerpo no puede producir por sí solo.
Desempeñan un papel fundamental en la reducción de la grasa y la inflamación del hígado en personas que padecen enfermedades hepáticas, como la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD). Estudios También muestran que los Omega-3 pueden tienen un efecto favorable sobre los niveles de enzimas hepáticas y mejorar las pruebas de función hepática.
Además, estos Las grasas contribuyen a la salud cardiovascular, lo que es particularmente beneficioso ya que la enfermedad hepática puede estar asociada con un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
3. Vitamina E
La vitamina E es una vitamina liposoluble que actúa como un poderoso antioxidante.
Es especialmente beneficioso para aquellas personas con afecciones hepáticas causadas por el exceso de grasa, como Esteatohepatitis no alcohólica (NASH).
Se ha observado que la vitamina E mejorar la patología hepática al reducir el estrés oxidativo que contribuye al daño del tejido hepáticoLa investigación continua está evaluando su potencial para retardar la progresión de la cicatrización y la inflamación del hígado, que son características de las enfermedades hepáticas crónicas, pero no se han encontrado resultados. informes de mejora.
4. Zinc
El zinc es un oligoelemento vital para muchas funciones biológicas y desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la salud del hígado.
Participa en numerosas funciones enzimáticas y es esencial para el correcto funcionamiento de las células inmunes.
En caso de enfermedad hepática, en particular en el caso de enfermedad hepática crónica y cirrosis, el zinc puede agotarse, lo que puede provocar más complicaciones. La suplementación de este mineral ha demostrado asociado con función hepática mejorada en pacientes con enfermedad hepática, y puede ayudar Combatir la acumulación de metales pesados y otras toxinas en el hígado.
5. Ácido alfa lipoico
El ácido alfa lipoico es un compuesto natural que actúa como coenzima fundamental en diversos procesos metabólicos.
Como antioxidante, ayuda a combatir el estrés oxidativo, un factor importante en la progresión de la enfermedad hepática. El ácido alfa lipoico tiene una capacidad única para regenerar otros antioxidantes, como las vitaminas C y E, y aumentar los niveles de glutatión, que es crucial para la desintoxicación del hígado.
También ayuda a mantener el tejido hepático sano y se ha demostrado que mejora la función hepática en pacientes con trastornos hepáticos.
6.N-acetilcisteína (NAC)
La N-acetilcisteína (NAC) es una forma complementaria de cisteína, un aminoácido que repone los niveles del antioxidante maestro glutatión en el hígado, lo que facilita Desintoxicación.
Se utiliza especialmente en caso de sobredosis de paracetamol, ya que puede prevenir la insuficiencia hepática al neutralizar el metabolito dañino NAPQI. En las enfermedades hepáticas crónicas, las propiedades antioxidantes del NAC lo convierten en un tratamiento de apoyo prometedor, ya que Se ha demostrado que mejora las pruebas de función hepática y puede reducir la inflamación.
7. Fosfatidilcolina
La fosfatidilcolina es un componente importante de la bilis, que es necesaria para descomponer las grasas y eliminar los desechos metabólicos y las toxinas.
Es esencial para mantener la integridad y la estructura de las membranas de las células hepáticas. Esto, a su vez, facilita la capacidad de las células hepáticas para regular lo que entra y sale, lo que es fundamental para su funcionamiento y protección contra sustancias nocivas. La suplementación con fosfatidilcolina ha demostrado vinculado para mejorar la función hepática en personas con trastornos hepáticos, como la enfermedad del hígado graso y la hepatitis.
8. Alcachofa
La alcachofa, conocida científicamente como Cynara scolymus, no sólo es un alimento nutritivo sino también una rica fuente de antioxidantes y cinarina, que puede mejorar la salud del hígado. Históricamente, se ha utilizado para problemas de hígado y vesícula biliar debido a su capacidad para estimular la producción de bilis, lo que ayuda al hígado a desintoxicarse y eliminar sustancias nocivas. Los estudios han demostrado que El extracto de alcachofa también puede proteger al hígado de daños y favorecer la regeneración de las células hepáticas.
9. Complejo de vitamina B
Las vitaminas B, un grupo de ocho vitaminas hidrosolubles, desempeñan un papel esencial en el mantenimiento de la función hepática saludable.
Ayudan al cuerpo a metabolizar carbohidratos, proteínas y grasas y son fundamentales en el proceso de desintoxicación del hígado. Las personas con enfermedad hepática a menudo tienen deficiencias de ciertas vitaminas B., lo que puede afectar los niveles de energía y la función hepática general. Los suplementos de complejo B pueden ayudar a garantizar que estas vitaminas clave estén disponibles en cantidades suficientes para favorecer la salud del hígado.
10. Selenio
El selenio es un oligoelemento con propiedades antioxidantes que desempeña un papel fundamental en el apoyo al sistema inmunitario y la prevención del daño celular. Contribuye a las defensas antioxidantes del hígado, principalmente a través de la enzima glutatión peroxidasa, que ayuda a proteger el hígado del daño oxidativo. La suplementación con selenio se ha relacionado con efectos beneficiosos en la prevención del cáncer de hígado, la reducción de la inflamación hepática y la mejora de los niveles de enzimas hepáticas en personas con enfermedades hepáticas.
11. Vitamina C
La vitamina C, o ácido ascórbico, es un poderoso antioxidante que ayuda a proteger las células, incluidas las del hígado, del daño causado por los radicales libres. También es vital para el sistema inmunológico, la cicatrización de heridas y la síntesis de colágeno. En el contexto de la salud del hígado, Se ha demostrado que la vitamina C mejora el metabolismo del hierro y reduce el riesgo de fibrosis y cirrosis hepática. También puede ayudar en los procesos de desintoxicación neutralizando sustancias tóxicas y apoyando las defensas naturales del hígado.
12. Regaliz
La raíz de regaliz, en particular su componente activo, la glicirricina, tiene una larga historia de uso en la medicina tradicional para tratar enfermedades del hígado.
La glicirricina tiene Se han demostrado efectos protectores sobre el hígado., posiblemente debido a sus propiedades antiinflamatorias e inmunomoduladoras.Él También puede ayudar Combate la inflamación del hígado asociada a la hepatitis y se ha investigado por su potencial para reducir el daño hepático en afecciones como la enfermedad del hígado graso no alcohólico.